Mes: noviembre 2015

Entra en vigor la reforma del proceso canónico

El próximo día 8 de diciembre de 2015 entra en vigor la reforma del proceso canónico para las causas de declaración de nulidad del matrimonio establecida por el Papa Francisco en el Motu Proprio Mitis Iudex Dominus Iesus.

La reforma es consecuencia de la conciencia que hay en la Iglesia, desde el pontificado de Benedicto XVI, de la necesidad de agilizar los procesos para que los fieles puedan conocer lo más rápidamente posible cuál es su situación personal; siempre teniendo claro que la rapidez no puede ir en detrimento de la verdad y, por tanto, del respeto a la indisolubilidad del matrimonio.

Qué cosas no cambian con esta reforma:

En principio se mantiene gran parte del proceso tal y como estaba regulado: no se crean nuevas causas o motivos por los que un matrimonio puede ser declarado nulo; se mantiene el carácter declarativo de las sentencias, la naturaleza judicial del proceso, la intervención del Defensor del Vínculo y el derecho de apelación de las partes y del Defensor del Vínculo. También se mantiene como principio general que el Tribunal debe estar formado por tres jueces.

Novedades:

Se refuerza la conciencia de la dimensión pastoral del proceso y del trabajo de los tribunales, que debe insertarse en la pastoral familiar diocesana. Y se revaloriza el papel del Obispo como juez de la Diócesis, bien juzgando directamente, bien a través de la constitución del tribunal y la designación de sus miembros (con formación técnica y sensibilidad pastoral), estableciendo asimismo el deber del Obispo de “seguir con afán apostólico a los cónyuges separados o divorciados que por su condición de vida han abandonado eventualmente la práctica religiosa”. Se amplía la posibilidad de nombrar jueces laicos para formar el tribunal colegial siempre que el presidente sea un juez clérigo; y, en caso de no poder constituir un tribunal de tres jueces, cabe nombrar un único juez clérigo.

Cambios principales:

Se suprime la necesidad de la doble sentencia conforme: si la sentencia del tribunal de primera instancia declara que consta la nulidad de un matrimonio, esa sentencia será firme y ejecutiva sin necesidad de ser confirmada por un tribunal superior, salvo apelación de una de las partes o del Defensor del Vínculo.

Se introduce la posibilidad de un proceso más breve, ante el Obispo, siempre que se cumplan unos requisitos muy estrictos que deben darse, además, simultáneamente: la demanda debe ser presentada por ambos cónyuges o por uno con consentimiento del otro; y, de las pruebas aportadas con la demanda, la nulidad debe ser evidente. En este proceso, la sentencia es del Obispo, si llega a la certeza moral de la nulidad del matrimonio; en caso contrario, la causa pasa a tramitarse por el proceso ordinario. La sentencia del Obispo es apelable por las partes y por el Defensor del Vínculo.

Estas normas, como ya se ha dicho, entran en vigor el próximo día 8 de diciembre y, por tanto, las sentencias afirmativas de la nulidad que se publiquen a partir de esa fecha no pasarán a segunda instancia si no hay apelación.

La reforma establece otro cambio que, probablemente, tardará un poco más en ponerse en marcha: procurar, en la medida de lo posible, que los procesos sean gratuitos. Si bien hay que recordar que en España nadie se queda sin ser atendido por un Tribunal Eclesiástico por motivos económicos.

Abusos sexuales a menores: habla con tus hijos

El Tribunal Supremo presenta los datos de abusos sexuales a menores en España http://www.abc.es/espana/abci-abusos-sexuales-menores-si-cuentas-no-creer-dire-provocado-201511220254_noticia.HTML  Es muy preocupante porque la mayoría de los casos se producen en el entorno familiar.

La mejor forma de prevenir los abusos es hablar con los hijos, desde pequeños. Adaptando el lenguaje a su edad, creando un clima de confianza en casa que haga fácil que los niños pregunten sus dudas sobre el cuerpo y las manifestaciones de afecto.

Señalo algunas pistas que creo pueden ayudar a padres de niños de infantil y primaria a tratar estos temas:

Hay que ayudar a los niños a descubrir que su cuerpo tiene un valor infinito, porque el cuerpo es la persona.  El cuerpo no es algo ajeno a mí, el cuerpo soy yo. Por eso, mi cuerpo es un tesoro y tiene el mismo valor que la persona: infinito.

Como el cuerpo es un tesoro, lo cuidamos y protegemos: higiene, alimentación adecuada, ordenar los horarios (necesitas juego, estudio descanso). Y lo respetamos: los niños deben tener claro que lo que hago al cuerpo se lo hago a la persona; por eso, no se pega ni se hace daño al cuerpo de ninguna persona. Si ves que alguien hace daño a un amigo, cuéntalo. Si te hacen daño a ti, cuéntalo.

El cuerpo nos sirve también para expresarnos: si queremos a alguien, le damos un abrazo o un beso. Pero nuestros abrazos y besos tienen un gran valor: no se los damos a cualquiera, sólo a quien nosotros queremos. Por eso, si un mayor (o cualquier persona) te pide un abrazo o un beso, no tienes que dárselo si tú no quieres. Si te lo piden, cuéntaselo a papá y mamá para que ellos lo sepan: porque nadie tiene que tocarte, abrazarte ni besarte si tú no quieres. Además, los besos y abrazos son un regalo y tan valioso que no se pueden comprar: no des abrazos ni besos a cambio de chuches o cualquier otro regalo; y, si te los quieren comprar, cuéntalo.

Es importante aprender a decir NO: p.ej. si un compañero te pide un día el bocadillo, darle la mitad es compartir y eso es bueno. Si todos los días te pide el bocadillo o te lo exige como una obligación, es un abusón, se aprovecha de ti.

Y, sobre todo, si alguien te pide algo que es “de mayores” o que no sabes lo que es, díselo a tus padres para que te ayuden a entender si eso que te piden es bueno o malo. Nadie tiene derecho a pedirte algo que tú no quieres. Si le has dado un abrazo, un beso a un mayor, y tú no querías; o si te has quedado preocupado, cuéntalo: tú no tienes nada de qué avergonzarte y papá y mamá siempre están para ayudarte a entender las cosas.

Además de hablar con nuestros hijos abiertamente de estos temas y responder a sus preguntas y dudas, es importante que puedan contar siempre lo que hacen, lo que piensan, lo que les preocupa: si cuentan algo que te asusta o te preocupa, no les regañes. Déjales que lo cuenten porque si te asustas o les regañas, no se atreverán a contar nada más. Ponte de su lado, que sepan que les crees. Y después, pide ayuda y toma medidas urgentes.

 

Y ¿si no es nulo?

Estoy estudiando un informe psicológico dentro de un proceso de nulidad de matrimonio; y me sitúa, de golpe, ante una realidad incómoda: que no todos los matrimonios que se rompen son nulos.

El informe afirma que la falta de una adecuada planificación de estrategias de resolución de conflictos conyugales y la carencia de una mediación externa dio lugar a que los problemas desembocaran en una ruptura que podría haber sido evitada.

Y es no podemos considerar el proceso como la principal solución ante una ruptura matrimonial; nos dejamos por el camino otras ayudas de prevención y de resolución de dificultades conyugales que podrían evitar muchas rupturas. Y que, incluso si no las evitan, ayudan a vivir de otra forma las separaciones. Tenemos por delante mucho camino, hay que acercar la orientación y mediación familiar a las personas, dar respuestas concretas cuando se enfrentan a dificultades en sus relaciones.

Por otro lado, los procesos de nulidad de matrimonio son declarativos; por tanto, si no se prueba que un matrimonio es nulo, la sentencia tendrá que afirmar que no consta la nulidad. Lo sabemos, pero cuesta enfrentarse a esta realidad. Hay varios aspectos que me vienen de golpe a la cabeza:

  • ¿quién y cómo va a notificar al interesado una sentencia negativa?
  • ¿cómo va a reaccionar la persona que está esperando esta sentencia, cuando vea que es contraria a lo que esperaba?
  • ¿estamos preparados para acompañar, humana-psicológica-jurídica y espiritualmente a esta persona?

Creo que no, que no estamos preparados; y es urgente ese acompañamiento (tan de moda pero ¿vacío de contenido concreto?) que a veces es estar callado y escuchar; otras, indicar el camino a seguir; otras, seguir, sostener y dar ánimo (Relatio n.77). Y, siempre, sufrir con quien sufre. Y en los procesos de declaración de nulidad, hay mucho sufrimiento que acompañar.

 

 

“Te vas a caer”

«Si a tu hijo le dices antes de una carrera: `te vas a caer, tú no vales para esto´, ese niño se va a caer. Pero ¿y si le dices: corre, tú puedes; y, si te caes, aquí estoy para levantarte? » El anuncio de un empresa de seguros me hace pensar cuántas veces pronosticamos fracasos en lugar de apoyar el esfuerzo.

Apliquemos esto al matrimonio: si decimos a los jóvenes «el matrimonio y la familia son un imposible, se rompen»; posiblemente se van a romper. Pero ¿y si les decimos: adelante, merece la pena? ¡Tú puedes; y además, si te caes, aquí estoy para levantarte!

Hay que volver a dar protagonismo a todo lo bueno de la vida matrimonial y familiar y apoyar a quienes quieren elegirlo; empezando por pensar si sabemos proponerlo como una opción de vida que merece la pena y que es posible, o si nos quedamos en la queja y nos limitamos a enumerar todas las dificultades que pueden aparecer a lo largo de la vida.

Pero proponer no es suficiente: también tiene que ser real el compromiso de estar ahí si las cosas salen mal y de prestar una ayuda eficaz. Y para eso hacen falta medidas concretas de apoyo; entre ellas, orientación y mediación familiar, herramientas con un gran potencial que está por desarrollar.

Familia: ¡Tú puedes; y, si te caes, aquí estoy para levantarte!

 

 

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