
Vivir bien el noviazgo es la mejor forma de poner las bases para un buen matrimonio. Acompañar a los novios en esta etapa permite ayudar a resolver dudas y plantear qué cosas conviene hablar, pensar, discutir y acordar para preparar ese proyecto de vida en común. También, si es necesario, sanar las heridas afectivas que puedan tener, antes de casarse.
El noviazgo es un período de preparación para el matrimonio. No es una etapa definitiva, es el período de tiempo que permite a unos novios conocerse suficientemente y decidir si quieren seguir adelante y casarse o romper la relación (porque no todo noviazgo acaba en boda: debe acabar en la decisión libre y madura de lo que sea mejor para los dos, que puede ser casarse; pero puede ser romper).
Formación sobre el noviazgo
Acompañar esta etapa de la vida con charlas o sesiones coloquio ofrece a los novios la posibilidad de resolver sus dudas y preguntar todo lo que les preocupa o inquieta. En estas charlas hablamos de las distintas etapas del amor, desde el enamoramiento inicial al “sí, quiero” y cómo vamos pasando de una a otra; del lenguaje del cuerpo, que debe acompasarse al ritmo del corazón para ser expresión de la verdad del amor que vivimos. Planteamos también cuestiones que es conveniente hablar y pensar para formar el propio proyecto familiar de cada pareja: temas importantes que influirán en la vida matrimonial y que hay que tener en cuenta antes (qué tipo de relación queremos ¿matrimonio/otra relación?; sexualidad; relaciones con las familias de origen; cómo conciliar familia y trabajo; cuestiones que para cada uno son “no negociables”: ¿estamos de acuerdo o podemos llegar a respetarlas?; ideales, espiritualidad…). Hablamos de discusiones y peleas, de aprender a perdonar y pedir perdón, de aprender a solucionar los desencuentros y de muchas cosas más que surgen a lo largo de la conversación.
Tener estos encuentros en grupo tiene la ventaja de que lo que pregunta uno le sirve a los demás, que tal vez no se han atrevido a preguntarlo o incluso no se lo habían planteado. Pero además de charlas-coloquio, acompañar el noviazgo implica atender las consultas que una pareja (o uno solo) quieran hacer individualmente.
En resumen, acompañar el noviazgo es anunciar la verdad del amor; plantear las cuestiones más importantes de esta etapa y cómo poner las bases para un proyecto de vida juntos; comprender la importancia de la sexualidad como expresión del amor; entender qué es el matrimonio, para poder elegir con libertad si es lo que queremos o no; resolver dudas, despejar miedos, ayudar a tomar decisiones. Y, si es necesario, procurar la ayuda que permita sanar las heridas afectivas que los novios pueden tener, antes de dar el paso al matrimonio.