Comparto con vosotros una cita del libro de Rod Dreher, “Vivir sin mentiras”. Me parece muy interesante la experiencia que relata: una chica joven que está aprendiendo a ser esposa y madre. Y, claro, encuentra dificultades; y eso le hace sufrir.

En la vida hay dificultades, es normal

¡Bienvenidos a la vida real! Nos bombardean continuamente con mensajes que afirman que lo esencial es sentirse a gusto, sentirse bien. Por tanto, cualquier dificultad es una amenaza porque conlleva preocupación y nos saca de nuestro bienestar. Un bienestar ficticio, eso no nos lo dicen; ni que viviendo así sólo conseguimos aislarnos: porque cualquier relación personal, antes o después, te hace sufrir. Querer a una persona es atreverse a dejar que todo lo que le ocurra te importe: lo bueno y lo malo. Y salir del egoísmo -que eso es buscar continuamente el propio bienestar- cuesta; y lo que cuesta, hace sufrir.

El sufrimiento forma parte de la vida

Pero hay sufrimiento negativo y también positivo: el que hace madurar el amor, madurar a las personas y madurar las relaciones, es un sufrimiento positivo. No se busca por sí mismo, no se trata de ser masoquistas: pero sí de aceptar que, como decía antes, salir de uno mismo es costoso. Enfrentarse a situaciones nuevas, también.  Y pueden conllevar un cierto grado de sufrimiento personal.

¿Cómo se puede afrontar este tipo de sufrimiento?

Una manera de vivir estas situaciones u otras, completamente normales, y de superar las dificultades que encontramos es compartirlas con otras personas: hablar de lo que nos pasa es una primera forma, esencial, para no atascarse; también para situar en sus términos objetivos la seriedad de lo que nos está pasando (tendemos a hacer una montaña de lo que nos cuesta; al contarlo en voz alta, ya nos damos cuenta de si estamos exagerando o no). Pero necesitamos compartirlo con personas que entiendan lo que vivimos y cómo queremos vivirlo: mucha gente, hoy, no quiere (o no se encuentra capaz) escuchar dificultades; es más fácil negar los problemas y huir de ellos que afrontarlos para superarlos.

Busca alguien que pueda entenderte

Mi consejo es que busques a alguna persona que pueda entender lo que estás viviendo; que te escuche; que te ayude a centrar lo que te pasa (qué me preocupa, por qué, cuál es mi reacción, qué temores tengo, cómo me gustaría que se solucionara) y a buscar la forma de superar la dificultad. Y que, además, te acompañe en el camino porque andar solo es más difícil que hacerlo acompañado.

 

Imágenes Canva.com