Categoría: mediación

Coaching Familiar: mediación de conflictos

  • Mediación de resolución de conflictos: una ayuda encaminada a buscar soluciones cuando la dificultad o el conflicto ya ha surgido.

Una pareja que discute frecuentemente o que no habla, con tensiones en su relación, con desacuerdos importantes que si no se resuelven pueden desembocar en algo más grave o llevar incluso a una ruptura.

En este caso en el Instituto Coincidir proponemos acudir a la mediación familiar como proceso de resolución de conflictos en el ámbito familiar, con el objetivo de  solucionar las dificultades y fortalecer y mejorar el matrimonio o la relación paterno-filial.

¿Quién es el mediador familiar?

El mediador familiar es un tercero neutral que no impone una solución sino que, con las técnicas oportunas, ayuda a cada pareja o familia a encontrar la solución que más conviene para su situación concreta.

¿En qué consiste la mediación o coaching familiar?

El trabajo de mediación combina sesiones conjuntas con sesiones individuales en las que cada una de las partes expone lo que viven con dificultad en su relación, lo que necesitarían, lo que querrían cambiar…Esto permite que cada uno exprese sus razones y escuche las de la otra parte, sin “cortar” la explicación ante las reacciones del otro, porque se lo está contando también al mediador y ayuda a centrar los problemas reales – ¿qué es lo que les está pasando? – y a fijar objetivos -¿quiere cada uno buscar soluciones?- en un proceso en el que el mediador les irá ayudando a encontrar el modo de acercar posiciones y, si es necesario, a solicitar la ayuda de otro/s especialistas que tal vez de entrada una o ambas partes no querían admitir (p.ej. una atención psicológica o psiquiátrica).

Ventajas de la mediación o coaching familiar:

Nos sigue costando mucho solicitar ayuda clínica, psicológica o psiquiátrica; al trabajar con un mediador los aspectos personales que necesitamos mejorar es posible que lleguemos a la conclusión de que necesitamos una ayuda especializada –por aspectos de personalidad, por alguna dificultad o trastorno específico…- y en mi experiencia es más fácil admitir la necesidad de esa ayuda cuando es la persona la que llega a la conclusión de que la necesita, desde una ayuda previa no clínica.

Por esta razón, es conveniente que los equipos de orientación y mediación familiar cuenten con la colaboración de otros profesionales que intervengan en el proceso de ayuda cuando sea necesario. No son en modo alguno ayudas excluyentes, son complementarias.

En septiembre nos separamos

Llega el verano, para muchos la posibilidad de disfrutar de unas vacaciones. Y con el verano y las vacaciones llegan los artículos y estadísticas que recuerdan que septiembre es el mes en el que se producen más separaciones. Porque, al parecer, la convivencia durante las vacaciones pone de manifiesto el deterioro de las relaciones de pareja; el verano, entonces, ya no es el momento para disfrutar de estar juntos, en familia, sino un tiempo que nos pone ante la mediocridad de nuestras relaciones. Y, para vivir así, más vale separarse.

Este verano puedes optar por fijarte en los defectos de tu marido/tu mujer, en los fallos de tus hijos; buscar lo que te pone más nervioso, lo que se te hace difícil de soportar, lo que es motivo suficiente para plantarte y decir: ¡hasta aquí! Encontrar los defectos, los fallos, lo negativo es fácil; así que en septiembre puedes ser un número más en las estadísticas de separaciones y divorcios.

Pero este verano puedes hacer otra cosa: puedes elegir darte cuenta de que tu marido/tu mujer, tus hijos son personas, seres humanos; y, por tanto, limitados y frágiles. No se trata de idealizar a nadie, hay que ser realista, y están llenos de defectos. Pero el realismo “coloca esas debilidades y errores en su contexto. Recuerda que esos defectos son sólo una parte, no son la totalidad del ser del otro” (Amoris Laetitia 113). Y el otro, imperfecto, te quiere como puede dentro de su limitación: “que su amor sea imperfecto no significa que sea falso: es real, pero limitado” (AL 113).

Si eliges mirarlos así, acabarás dándote cuenta de cuántas cosas buenas hay en cada uno de ellos y descubrirás todo lo bueno que hay en medio de la imperfección. También puedes intentar caer en la cuenta de tus defectos, qué cosas te aguantan, te pasan por alto, te perdonan… porque te quieren así, como eres: imperfecto. Cuando te des cuenta, por favor, repite muchas veces las cosas buenas y diles que les quieres. Lleva la contraria a las estadísticas, disfruta de tu familia y redescubre a esas personas a las que un día elegiste y están a tu lado, sin contentarte con vivir una relación mediocre.

Si eliges vivir así el verano, estarás viviendo la esperanza y afirmando con tu vida que estás convencido de que tu mujer/tu marido, tus hijos, tú mismo, imperfectos, estáis llamados a la plenitud, en el Cielo.

Orientación familiar y colegios

Esta mañana me preguntaba un amigo, profesor de secundaria, qué me parece la posibilidad de ofrecer orientación y mediación familiar en los colegios. La respuesta, para mí, es clara: ¡me parece muy conveniente!

La orientación familiar es una ayuda para adelantarse y prevenir las dificultades. Se puede concretar en conferencias, cursos, sesiones de formación para ayudar a los padres a educar en las distintas etapas del crecimiento de sus hijos. Y, también, para fortalecer su relación de pareja. Pero la orientación familiar tiene un sentido complementario al anterior: si a partir de lo que se explica en una sesión de formación nos surgen dudas o vemos que estamos ante una situación que puede derivar en dificultades serias, una consulta con el orientador nos ayudará a manejar esa situación que puede llegar a conflicto si no se corrige (problemas de comportamiento, dificultades de relación en pareja, en familia o con iguales) a través de consejos y pautas específicos.

Cuando la dificultad ya ha surgido, la mediación es una herramienta para la resolución de conflictos tanto si el conflicto se produce entre los padres y sus hijos (porque estas dificultades con los hijos pueden repercutir negativamente en la relación de pareja) como para solucionar los conflictos entre los padres, que repercuten negativamente en sus hijos si no se resuelven.

Y ¿por qué ofrecer esta ayuda desde los colegios? Porque hay que acercar las ayudas a los lugares en los que las familias tienen su vida; y porque la orientación familiar es un complemento a la orientación escolar. Los profesores son un radar privilegiado para detectar si en una familia hay problemas. Hay dificultades que se detectan en el aula y tienen origen en el aula/centro pero también hay dificultades que se detectan en el aula y tienen origen en la familia. En ambos casos, creo que el trabajo conjunto de profesores, orientadores escolares y orientadores familiares es la mejor ayuda para sostener a la familia que pasa por un momento de dificultad; proponer una solución individualizada para el caso concreto y acompañar en la aplicación de esa solución; sostener a cada uno de los miembros de la familia e implicar a todos los que tienen relación con la familia en su fortalecimiento.

Porque ayudar a que una familia mejore es ayudar a cada uno de los alumnos y hacer realidad que cada una de las personas que están cerca de nosotros son importantes.

 

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