- ¿Vas a pedir la nulidad? – ¿Cómo voy a pedir la nulidad, si soy creyente?
- Mi párroco me ha dicho que pida la nulidad, pero yo no sé lo que es. Me han dicho que es muy caro y tarda muchos años.
- Me gustaría saber si esta relación que tanto nos ha hecho sufrir ha sido verdaderamente un matrimonio.
Estas son algunas de las muchas cuestiones que se plantean las personas que están pensando en un proceso canónico de declaración de nulidad de matrimonio.
Ciertamente la declaración de nulidad de matrimonio es uno de los procesos jurídicos de la Iglesia más desconocidos para el público en general. Este desconocimiento, y los mitos sobre los procesos (es caro, es muy largo, es muy difícil acudir al tribunal…) causan temor en muchas personas. Por otro lado, hay muchas dudas que para los especialistas pueden ser cuestiones básicas pero que, si no se explican, provocan aún más dificultades entre los fieles que se enfrentan a términos, procesos y oficios jurídicos que desconocen y les inquietan.
En este libro se explica paso a paso en qué consiste: qué requisitos son necesarios para que surja válidamente un matrimonio canónico; por qué la Iglesia exige esos requisitos para reconocer la validez del matrimonio; qué consecuencias tiene que falte alguno; y cuáles son las diferencias entre separación, divorcio y nulidad.
Se explican también, paso a paso, qué personas intervienen en los procesos canónicos de declaración de nulidad de matrimonio: jueces, abogados, defensores del vínculo, peritos… y la responsabilidad del Obispo al frente de su tribunal. Cuál es la función de cada uno, cómo realizan su trabajo, dificultades que se pueden encontrar en el proceso. Se explican los costes y plazos, y cada uno de los pasos procesales detalladamente: desde el estudio previo a presentar una demanda hasta la sentencia. Asimismo se explican las diferencias entre los dos procesos – ordinario y más breve- existentes.
Como Anexos se incluye un resumen de cada una de las posibles causas de nulidad – impedimentos, vicios del consentimiento, defectos de forma- y las distintas maneras de sanar una unión que, si falta algún requisito esencial, es nula, dirigidos principalmente a sacerdotes, asesores y otros agentes de pastoral familiar y matrimonial para ayudarles en la atención a las consultas que puedan recibir sobre nulidad de matrimonio.
Por otro lado, se insiste en aclarar que la nulidad no puede nunca considerarse como una “solución mágica” para una ruptura matrimonial; se explica que no todo matrimonio roto es un matrimonio nulo y la necesidad de ser prudentes en el asesoramiento sobre la conveniencia de acudir a un proceso y el momento conveniente para hacerlo, según las circunstancias de cada persona.
Pero además de un repaso general por los mitos y realidades de la nulidad matrimonial, este libro deja entrever una verdad que muchas veces pasa desapercibida: el proceso no busca dar la razón a una u otra parte, está concebido por y para la búsqueda de la Verdad, y para que los fieles sepan en qué situación está su matrimonio ante los ojos de Dios. Y plantea la necesidad de un acompañamiento a lo largo de todo el proceso: porque además del asesoramiento técnico jurídico a lo largo del proceso, es conveniente un acompañamiento personal.
¿Por qué acompañar a una persona antes, durante y después de un proceso de nulidad de matrimonio?
- Antes de acudir al tribunal, para despejar las dudas que las personas tienen y que se suelen plantear en preguntas como ¿un católico puede pedir la nulidad?; si yo me casé para siempre ¿cómo voy a pedir la nulidad?; si es nulo ¿qué pasa con mis hijos? Además de interrogantes morales, que pueden parecer sin fundamento pero son causa de confusión y sufrimiento para muchas personas: ¿si acudo al tribunal puedo recibir los sacramentos?
- También antes de acudir al tribunal, para decidir si es el momento adecuado para iniciar un proceso. Algunas personas prefieren hacerlo al mismo tiempo que la separación o divorcio civil. Otras no se encuentran con ánimos para iniciar un nuevo proceso tras la separación. O han pasado años desde la ruptura matrimonial y están valorando, por distintas circunstancias, si es oportuno reabrir heridas ya cerradas para conocer su verdadera situación matrimonial.
- A lo largo del proceso, porque no es fácil enfrentarse a las dificultades que llevaron a la ruptura. Tampoco declarar ante los jueces, revivir situaciones dolorosas, asumir que no deben buscarse culpables sino entender por qué un proyecto de vida y amor juntos no ha podido ser y conocer si esa realidad vivida ha sido o no un auténtico matrimonio.
- Al recibir la sentencia, que no siempre dará la respuesta que uno deseaba recibir.
- Durante todo el proceso, porque al aspecto judicial hay que añadir el acompañamiento humano, psicológico y espiritual.